[vc_row][vc_column][vc_column_text]La adolescencia es una etapa del desarrollo que comienza a los 10 años aproximadamente y termina en la edad adulta. Eso sí, recordar como hemos comentado en muchas ocasiones, que el cerebro no termina de desarrollarse hasta los 25 años aproximadamente y lo último en desarrollarse es la zona prefrontal, encargada de la planificación, la lógica, concentración,…
Y, ¿por qué te cuento todo esto? Porque es importante conocer en qué momento del desarrollo se encuentra nuestro hijo para conectar con él. Así que ya ves, nuestr@ adolescente anda flojito a la hora de pararse a pensar en las consecuencias de sus actos, atender a largos sermones, tenderá a ser impulsivo, a actuar sin reflexionar, etc.
Además, debe encontrar cuál es su lugar en el mundo y para ello debe separarse de sus padres (este proceso de separación comienza en el momento en que nace, sin embargo en la adolescencia coge velocidad, ¡y mucha!) y es aquí cuando aparece todo esa parte en la que “todo lo que le digo le parece mal”, “fíjate cómo viste” y podría seguir muuucho más, pero no es necesario, ¿verdad?
Todas estas conductas son esperables y tienen su función en el desarrollo.
Dicho esto, os propongo unos consejos para que podáis volver a conectar con vuestro@ hij@ adolescente.
[/vc_column_text][cq_vc_newsblock blockname=»TIPS» shape=»rounded» arrowcolor=»blue» autodelay=»7″ isloop=»yes» noarrow=»» hoverdisable=»» bgcolor=»#c5d6c0″][cq_vc_newsblock_item]Escucha sin juzgar (no juzgues a sus amig@s, su forma de vestir, la música que escucha,…aún necesita del adulto, necesita que estemos presentes. Sí, aunque no lo parezca, nos necesita cerca. Pero si juzgamos y criticamos, dejará de hablar con nosotros y de compartir con nosotros ese mundo que está descubriendo.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Reconoce cuándo cometes un error y pídele perdón, seremos su ejemplo para que vea que es humano cometer errores, asumirlos e intentar solucionar es bueno.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]No culpes, buscad juntos una solución al conflicto.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Háblale con el mismo respeto que le exiges “gracias”, “por favor”, en el mismo tono, etc.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Interésate por su mundo: esa serie que le gusta tanto, videojuegos, música,.. e incluso podéis compartir tiempo viendo esa serie.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Admira esas habilidades que tiene y tú no tanto, por ejemplo la tecnología.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Utiliza las sobremesas para hablar y contaros cosas sobre cómo ha ido el día. Y si prefiere estar callad@, está bien, hablar los adultos de vuestro día.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]No interrogues.[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]
- Hacer algún plan juntos. Eso sí, previo aviso, acordando con tiempo qué actividad os apetece y cuando. Si le dices: “¿Está tarde vamos al cine?” Es probable que responda: “ya he quedado”. Podemos decirle: “¿Vamos un día al cine a ver esta película?” “¿Cuándo te va bien?”.
[/cq_vc_newsblock_item][cq_vc_newsblock_item]Ya no vale ser la autoridad con “Porque lo digo yo”. Si queremos fomentar que sean capaces de tener pensamiento crítico, entender el porqué de ciertas normas en casa, aprender a razonar y explicar sus razones, etc., nos toca escuchar su “No”, y sus razones”. Muchas veces nos sorprenderemos de que su punto de vista puede ser muy válido. Según van creciendo, la convivencia debe ir encaminada a negociar los límites y no imponer.[/cq_vc_newsblock_item][/cq_vc_newsblock][/vc_column][/vc_row]